19 marzo, 2024

TVUPRESS

Universidad Autónoma Juan Misael Saracho

“Antecedentes de la recuperación de la democracia en Bolivia”

Son momentos históricos que marcan la vida de una sociedad, especialmente en países sudamericanos, unos más que otros. Para Bolivia, un acontecimiento transcendental, “irreversible, y sin retroceso”, afirman líderes políticos y analistas políticos, ha sido la instauración de la democracia el 10 de octubre de 1982, vigente desde entonces en forma ininterrumpida hasta hoy, con subidas y bajadas, aciertos y desaciertos, cerrando toda posibilidad de retorno de las dictaduras militares.

El rol de las universidades bolivianas en la recuperación de la democracia para Bolivia fue un hito trascendental, miles de jóvenes lucharon día a día en las calles, en consecuencia el derramamiento de sangre y confinaciones caracterizaban el vivir diario de la sociedad, avivando el dolor de familias bolivianas protagonizado por cruentos gobiernos dictatoriales de la época, producto de planes operativos transnacionales “plan cóndor” con pretensiones fascistas con ebriedad de poder y enriquecimiento. Hoy a 36 años de este paso transcendental, advierten que la democracia boliviana vive hoy un momento crucial y decisivo en el que dos de sus pilares fundamentales —el valor del voto soberano y la alternabilidad gubernamental— están en riesgo de ser atropellados para dar paso a la re-reelección del gobierno de turno.
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Este hecho ha avivado las reflexiones sobre los acontecimientos del 10 de octubre de 1982, que derivaron en este momento “fundacional” —como consideran algunos—, para ver los desafíos pendientes y las amenazas que todavía se ciernen sobre la “joven” democracia boliviana y su futuro.

Hasta antes de 1982, en el país se alternó periodos “cortos” fruto del sufragio con Gobiernos militares.

“A finales de 1977, la huelga de hambre iniciada en las oficinas del Arzobispado de La Paz por cuatro mujeres mineras, arrancó al régimen la amnistía general e irrestricta. La huelga que se había extendido como un reguero de pólvora por todo el país, abrió la brecha hacia la conquista de la democracia, logró la convocatoria a las elecciones generales de 1978”, resalta el libro “Apuntes para una historia: La hazaña de la esperanza” publicado por Rolando Aróstegui y Susana Seleme.

El 10 de octubre de 1982, después de casi dos décadas marcadas por la presencia de Gobiernos de facto, en Bolivia se inició el ciclo democrático más largo y “el primero genuinamente democrático” de su historia. Ese día, el general Guido Vildoso entregó el poder a Hernán Siles Zuazo, ganador de las elecciones de 1980.

En 1978, después de 15 años de golpes de Estado y Gobiernos militares, tuvo lugar la primera elección democrática en la que ganó Unidad Democrática Popular (UDP) y se inició una conflictiva transición a la democracia, aunque cuatro años después (1982) recién se instaló el primer Gobierno civil debido a un golpe militar.

“El relativo consenso partidista en torno al repliegue de los militares y al reconocimiento de la victoria de la UDP fue desplazado por la polarización política. La pugna entre oficialismo y oposición paralizó la labor gubernamental y se agudizó la crisis económica heredada de los regímenes dictatoriales. El resultado fue la desarticulación del frente gobernante presionado por dos extremos: la movilización sindical (…) y la oposición parlamentaria”, describe Fernando Mayorga en su libro “Antinomias: El azaroso camino de la reforma política”, uno de los primeros momentos críticos de este ciclo democrático.

Esta crisis, agrega Mayorga, fue resuelta a fines de 1984 mediante un consenso interpartidista que determinó el adelantamiento de las elecciones generales previstas para 1986. “El procedimiento fue novedoso porque se organizó un ‘diálogo por la democracia’ con la mediación de la Iglesia católica y la participación de los partidos políticos y actores sociales (…) constituyéndose en el primer ejercicio de concertación”, enfatiza, al agregar que con este acuerdo, que permitió resolver la crisis política con una solución electoral, se eliminaron los riesgos de una regresión al autoritarismo militar.

El transitar de la democracia boliviana en estos 36 años de vigencia ininterrumpida pasó por diferentes procesos hasta alcanzar la estabilidad y madurez de hoy.

“Las democracias modernas se consolidan no sólo con el derecho al voto, sino a través de una mejor, amplia y efectiva participación de la ciudadanía, en el proceso de decisiones colectivas. Ahora, en ese camino de alcanzar una mejor democracia participativa; los avances en términos de reglas institucionales han sido significativos (en el país)”, destaca el docente de Ciencia Política Rolando Tellería, al evaluar estos los 36 años de democracia.

Como momentos sobresalientes en la consolidación de la democracia, Tellería menciona la Ley de Participación Popular, una disposición que cambió radicalmente el mapa político nacional con el empoderamiento local; la reforma parcial en 1994 de la Constitución que incluyó la representación territorial en el Legislativo, y otra importante reforma parcial también de la Constitución (2004) que reconoce la iniciativa legislativa ciudadana, el referendo y el “desmonopolio” de la representación política.

También destaca la creación del Tribunal Constitucional, como guardián de la Constitución, y del Consejo de la Judicatura.

Desde entonces, entre avances y recomposiciones, la institucionalidad democrática se ha ido construyendo y afirmando paso a paso, marcando el fin de la dictadura militar. Para hacer posible esto, durante estos 36 años han superado muchas crisis, se han dado muchos pactos políticos partidarios para permitir la gobernabilidad, se han realizado siete procesos electorales, algunos de ellos adelantados, reformas constitucionales y movimientos para defender y reivindicar y defender las bases y principios de la democracia.

¡Hoy celebramos 36 años de la recuperación de la democracia… (democracia entre paréntesis), cuando el régimen de turno, violando de la manera más cínica la Constitución Política del Estado, pretende perpetuarse en el poder. Por muy malos que hayan sido los Gobiernos anteriores, ninguno de ellos atentó contra la Constitución y la decisión del pueblo, en el afán de consolidarse en el poder.

HITOS EN LOS 36 AÑOS DE DEMOCRACIA

Hiperinflación y el 21060: Paz Estenssoro dictó el Decreto 21060, el 29 de agosto de 1985, para salir de la grave crisis económica que atravesaba el país, la hiperinflación amenazaba llegar al 25.000 por ciento a fin de año.

Reformas Constitucionales: 1993. En su primer Gobierno, Gonzalo Sánchez de Lozada aplicó varias reformas que fueron resistidas a través de movilizaciones sociales de diferentes sectores. Entre las más importantes estuvieron la capitalización de las principales empresas estatales, la participación popular y la reforma educativa.

Retorno democrático al poder: 1997. Hugo Banzer Suárez regresó al Palacio de Gobierno como presidente constitucional. Entre 1971 y 1978 presidió un Gobierno militar de facto. En 2001, enfermó de cáncer, renunció a la Presidencia y dejó a Jorge Quiroga como sucesor.

La guerra del gas y la caída de Goni: 2003. Gonzalo Sánchez de Lozada ganó en las elecciones, pero una revuelta popular en rechazo a la intención de vender gas a Chile, en la que se registraron muertos y heridos, le hizo renunciar el 17 de octubre de 2003. Carlos Mesa asumió la presidencia.

El estado plurinacional: 2009. El presidente Evo Morales promulgó la nueva Constitución Política del Estado el 7 de febrero de 2009. El texto fue aprobado en un referendo por el 61,4 por ciento y dio nacimiento al Estado Plurinacional de Bolivia.